lunes, 23 de junio de 2014

Bella historia de un amor imposible

Es un relato de amor contado sólo con imágenes. Aquí sobran las palabras, porque los gestos y las miradas lo dicen todo.

La historia comienza en un parque, con un encuentro apenas fugaz y un saludo aún más breve. Todo muy normal. Pero la narración, tan redonda en todos sus detalles, muy pronto se nos antoja  sublime.

Poco a poco, se teje una sutil paradoja. El fotógrafo, experto para “ver” los instantes mágicos de la vida, se vuelve “ciego” para los gestos cotidianos que ella espera: ella  quiere compartir el paraguas, en vez de que cada uno pasee con el suyo. Y al revés: ella, que es la primera en "ver" el afecto que les une, se vuelve "ciega" a resultas de ese amor… Cruel ironía del destino.

Pero no es sólo un momento, porque la metáfora de la ceguera “ilumina” toda la historia. Casi al comienzo, en la escena en que ella le lava el pelo, la joven arroja sobre él, sin querer, agua con jabón sobre sus ojos, y eso marca el comienzo de todo. Más adelante, en el estudio de fotografía, ella deja caer, desde lo alto, un líquido sobe sus ojos, y eso será el comienzo del fin. Previamente, hemos visto caer la lluvia durante su primera cita, anticipando la amenaza que sobre ellos se cierne.

Esa es la clave: una historia de “visión” y “no visión”. Como la constante presencia de la cámara fotográfica, que capta lo exterior, pero nunca lo interior de las personas. O esa fotografía casual, en su primer encuentro en el parque. O esos dos recién operados, que no se ven, que no se encuentran…

Una historia hermosa… salvo el desenlace, que nos deja con un terrible amargor. Con todo, es hermoso el amor que aquí se cuenta. Y con él podemos quedarnos…

lunes, 16 de junio de 2014

La niña que soñaba con tocar el violín

Un seguidor de este blog me envía por mail este anuncio de Thailandia. Es una historia de superación personal, pero también de amor a la música y, sobre todo, de amistad delicada entre un anciano comprensivo y una muchacha soñadora.
  
Al principio, vemos a una niña que contempla a un violinista vagabundo. El relato se centra en el sonido: los primeros acordes del Canon de Pachelbel, en tono bajo y apagado; los ruidos y bocinazos de la calle; la voz gritona de su hermana que echa por tierra todos sus sueños: “¿Un pato que puede volar? ¿Y un muerto que toca el violín?”. Es lo que había escrito en una redacción… Entonces descubrimos que la chica es sordomuda, y que –abatida por la crudeza del entorno– ha dejado el más hermoso de todos sus sueños: aprender a tocar el violín.

El viejo vagabundo, que por su edad debería estar de vuelta de todo, es quien enciende en ella la llama de la ilusión. “¿Ya no tocas el violín?”, le pregunta por gestos; y ella baja la cabeza avergonzada. Más tarde, desahoga su pena con él: “¿¡Por qué soy diferente a los demás!?”. Y él responde, también con gestos: ¿Y por qué tienes que ser tú como los demás?. En el silencio de la conversación sin palabras, el viejo le confía su paradójico secreto: “La música… es algo visible. Cierra tus ojos, y lo verás”.

Empieza entonces el Canon de Pachelbel, ahora con más alegría y vitalidad. Es lo que él tocaba, lo que ella –intuimos- aprendió antaño del vagabundo. Y vemos cómo crece su espíritu, y la música, y el afán de aprender. “Oímos” su mejora, su crecimiento, su lucha...

Esta historia de una sordomuda que aprende a tocar el violín -contra todo pronóstico, contra la lógica de los sentidos- es una enseñanza vital en toda regla. Nos habla de abrir nuestro corazón a la esperanza, de creer que los sueños son posibles, y de luchar por conseguirlos con todas nuestras fuerzas. El amor mueve montañas. Y la fe también. Por eso, esa hermosa solidaridad entre los desvalidos –una sordomuda y un viejo de la calle– es el mejor espejo donde podemos mirarnos para aprender a vivir.

Por favor: enviadme más historias como ésta, y difundid este anuncio entre aquellos que puedan necesitar hoy un mensaje de esperanza.

lunes, 9 de junio de 2014

El enfermo necesita, sobre todo, cariño

Cuando estamos enfermos, necesitamos algo más que un medicamento. Necesitamos muchas cosas, que no acertamos a expresar: cariño, comprensión, consuelo... Y, cuando esa enfermedad es larga y dolorosa, como en un cáncer, necesitamos apoyo, mucho apoyo. Ese es el mensaje de este precioso anuncio, que sorprende al espectador en su emotivo final.

El arranque describe un ambiente triste, en algún suburbio de una gran ciudad. ¿Una historia de drogas, robo, alcohol? Un adolescente, cubierto por un pasamontañas, vacía un spray de pintura sobre una vasta pared de ladrillos. Todo hace sospechar un graffiti desafiante, con algún mensaje descorazonador.

Pero en un instante todo cambia. El chico llega a su casa y, al quitarse al pasamontañas, advertimos su cara llena de bondad. La madre imagina que viene de hacer alguna diablura, pero él coge un ramo de flores y lo lleva a la habitación donde duerme su hermana, que –de repente lo descubrimos- está intubada y padece cáncer. El chico descorre las cortinas, despierta a la niña y le invita a mirar lo que ha creado para ella… La madre se emociona, y nosotros también…

Ciertamente, “It’s more than medication”. Es algo más que un medicamento lo que necesitamos en esa situación. Es el cariño. Eso es lo que nos hace vivir.

Buen mensaje para los tiempos que corren. Siempre queda la esperanza, y también el afecto de un hermano al que todos creían ya perdido…

domingo, 1 de junio de 2014

"Un beso por ser como eres..."

Esta campaña de Pan Pepín enlaza perfectamente con la filosofía de la marca: el amor a Puerto Rico, la bondad de sus gentes, el hogar de familia, el valor de la amistad… El spot se estrenó en la televisión puertorriqueña el 25 de junio de 2009, y fue uno de los anuncios más comentados del año. Entre otras cosas, porque todos los actores que vemos en él son empleados de Pan Pepín, lo que manifiesta su identificación con la empresa. También fue comentada la participación del compositor Angel “Cucco” Peña, que ofrece aquí una canción pegadiza, mezcla de aires caribeños y música espiritual negra, de gran eficacia comunicativa.

La historia empieza de noche, en medio de un fuerte aguacero. Cuando todo presagia tristeza y desolación, estalla la música –colectiva, alegre- que nos habla del valor de la comunidad. A continuación vemos varias situaciones de desamparo en las que alguien recibe ayuda de un desconocido o de quien menos esperaba.

Primero, un joven médico atraviesa la noche destemplada para atender a un hombre viejo y enfermo. Después, una madre y su hija –abandonadas en pleno desierto por el reventón del coche- reciben la ayuda desinteresada de un policía que pasaba por allí. Más tarde, una madre a punto de dar a luz es ayudada con afecto por un grupo de jóvenes enfermeras. Luego un chico, en la hora del recreo, decide partir su bocadillo, aunque duda si dar al otro la parte más grande o la más chica. Y así hasta la última, la más entrañable: una mujer llega a casa cansada del trabajo. ¿Estará todo por hacer? No, su marido, con más buena voluntad que eficacia, ha preparado la cena en la cocina mientras jogaba con los niños. De repente, el cansancio de la madre desaparece y su cara se ilumina de felicidad.

El mensaje es claro. La grandeza de cada hombre está en su capacidad de servir a los demás; no en los triunfos que consigue, sino en la felicidad que deja a su paso. El anuncio nos habla de eso: del amor en lo pequeño, del valor de la familia, de la solidaridad entre los hombres. Sobre todo, de la hermosura de una nueva vida, y del afecto en los detalles cotidianos. “Más bueno que el pan, sólo tú”. Buen lema para los tiempos que corren.

martes, 27 de mayo de 2014

Levanta la vista del móvil, vive la vida

Tener cientos de amigos en Facebook no es sinónimo de ser querido, ni de ser popular. Puede equivaler a quedarse esperando un “Me gusta” que quizá nunca llegue. Estar atado a Whatsapp durante una reunión entre amigos no hace que estemos en más lugares al mismo tiempo, sino, más bien, lleva a no estar en ninguno.

Sobre estas premisas se construye el vídeo titulado significativamente “Look Up” (levanta la vista), que la escritora Pilar Urbano, seguidora de este blog, me hizo llegar hace unos días. El vídeo fue publicado en YouTube hace un mes, y en diez días superó los 27 millones de visitantes. Para ser el video inaugural del escritor británico Gary Turk, no está nada mal. Pero, ¿cuál ha sido el motivo de su éxito?

Tengo 422 amigos. Aún así, estoy solo. Hablo con todos ellos cada día, sin embargo, ninguno me conoce realmente”. Así arranca este poderoso corto: con las palabras de un joven hiper-conectado e hiper-desilusionado, que nos hacen pensar a dónde nos ha llevado la actual fascinación por la tecnología. Con rima y ritmo de rap, jugando con las comparaciones y las antítesis, con la emoción del contraste y la ironía, el espectador asiste a un lúcido discurso que le llega hasta el fondo. Todos nos sentimos interpelados en esta llamada a “levantar la vista” del teléfono móvil y entablar relaciones humanas –directas– con quienes nos rodean. El mensaje no es nuevo, pero la puesta en escena sí.

Las imágenes no son tremendistas, pero las reflexiones que suscita pueden suponer un shock intelectual y emocional. Lo que vemos son escenas cotidianas, con hombres y mujeres interactuando a través de redes sociales, pero que ya no tienen tiempo para mirarse a la cara. Ya no pueden –o, lo que es peor, ya no saben– relacionarse con los demás, tener amigos de verdad, vivir reposadamente la propia vida en vez de una vida ficticia y agitada en el mundo virtual.

Sin embargo, lo “peor” de esta situación está por llegar. De repente, vemos a unas nuevas generaciones de niños que ya no son capaces de divertirse. Ya no juegan ni corren. Sólo miran su tableta. La voz en off suena aquí especialmente triste:

Estamos rodeados de niños que, desde que nacieron, nos han visto vivir como robots, y piensan que eso es lo normal. No es muy probable que seas el mejor padre si no puedes entretener a tu hijo sin usar un IPad. Cuando era un niño jamás estaba en casa; estaba afuera con mis amigos, con nuestras bicicletas, dándole uso a mis zapatillas y pelándome las rodillas, construyendo una casa bien alto en un árbol. Ahora los parques están callados, y eso me produce escalofrío. No veo niños jugando, y los columpios están todos quietos. No hay saltos de cuerda, ni rayuela, no hay juegos ni carreras…”.

Por contraste, el relato incluye una conmovedora historia de amor nacida de una acción tan simple como preguntar a una mujer una dirección, algo que nunca habría sucedido si el protagonista se hubiera dejado guiar por su teléfono móvil. Esa relación, profundamente humana, llega a saborear el amor, el afecto de una esposa y las alegrías de una hija que al fin levantó el vuelo y se fue… Una vida normal, pero una vida plena, con pequeños sucesos que merecieron ser vividos y no sólo “compartidos”. Una historia como la de nuestros padres; esa que gusta recordar en la vejez (¿te acuerdas cómo nos conocimos?), y que se vuelve a contar a hijos y a nietos, como si fuera la primera vez...

La comunicación mediante dispositivos en lugar de conversaciones amistosas está cambiándonos la vida. Por eso el vídeo llega a decir: “Somos una generación de idiotas, de teléfonos inteligentes y gente estúpida. Así que levanta la vista del teléfono y apaga la pantalla”.

Un mensaje que, al menos de vez en cuando, conviene oír y meditar. Por eso, junto con el vídeo, os adjunto el texto para que podáis disfrutarlo de vez en cuando. ¡Feliz semana de vida auténticamente real!



Texto del vídeo:

“Tengo 422 amigos. Aún así, estoy solo. Hablo con todos ellos cada día, sin embargo, ninguno me conoce realmente.

El problema está en mirar a los ojos o mirar un nombre en una pantalla. Porque al volver a mirar a mí alrededor me doy cuenta de que este medio al que llamamos "social" no es nada, excepto cuando encendemos el ordenador y con eso cerramos nuestras puertas.

Toda esta tecnología que tenemos es solo una ilusión. La comunicación, la compañía y el sentido de inclusión... Cuando dejas este dispositivo de ilusión, te despiertas para ver un mundo de confusión. Un mundo en que somos esclavos de la tecnología que dominamos, donde la información es vendida por algún rico y codicioso bastardo.

Un mundo de interés propio, de imagen propia, de promoción propia. Donde compartimos las mejores partes, pero dejamos fuera a la emoción.

Somos felices cuando compartimos una experiencia. Pero ¿Es lo mismo si nadie está ahí? Estás ahí para tus amigos y ellos estarán ahí para ti. Pero no habrá nadie si es una reunión por mensajes.

Editamos y exageramos, imploramos atención; pero pretendemos no notar la aislación social. Ponemos las palabras en orden hasta que nuestras vidas brillen. Pero desconocemos si alguien está escuchándonos verdaderamente.

“Estar solo” no es el problema. Puedes enfatizar, leer, pintar algo o practicar un deporte. Porque estás siendo productivo y presente, sin reservas o reparos. Estás siendo despierto, atento y le das buen uso a tu tiempo. Así que cuando estás en público y empiezas a sentirte solo, pon tus manos detrás de tu cabeza y deja el teléfono a un lado. No necesitas mirar al menú o a la lista de contactos, solo hablemos entre unos y otros, aprendamos a coexistir.

No puedo soportar el silencio en un tren inter comunal lleno, donde nadie quiere hablar por el miedo de parecer loco. Nos estamos volviendo antisociales, y no podemos encontrar satisfacción en mirarnos los unos a los otros y mirar los ojos de alguien.

Estamos rodeados de niños que, desde que nacieron, nos han visto vivir como robots y pensar que eso es lo normal. No es muy probable que seas el mejor padre del mundo si no puedes entretener a tu hijo sin usar un IPad. Cuando era un niño jamás estaba en casa; estaba afuera con mis amigos, con nuestras bicicletas, dándole uso a mis zapatillas y pelándome las rodillas, construyendo una casa bien alto en un árbol. Ahora los parques están callados, eso me produce escalofrío. No veo niños jugando, y los columpios están ahí quietos. No hay salto de cuerda, ni rayuela, no hay juegos ni carreras… (...).

FINAL: Somos una generación de idiotas, de teléfonos inteligentes y gente tonta. Así que levanta la vista del teléfono y apaga la pantalla. Deja de ver este vídeo y vive la vida de forma real.

martes, 20 de mayo de 2014

Ojalá supiéramos amar como aman los niños...

Seguimos con el propósito de colgar todas las semanas un vídeo positivo: un spot que cumpla estas tres condiciones: 1) Que haga pensar; 2) Que aporte optimismo; 3) Que muestre que lo comercial es compatible con la ética. En definitiva, un anuncio que pueda inspirar y ayudar a ser mejores. Hace dos semanas, coincidiendo con el día de la Madre, puse el anuncio de "Los tres deseos"; y hace tres, el de "La entrevista para el trabajo más difícil del mundo". En el de hoy, una niña de 6 años nos roba por entero el corazón y nos enseña a amar...

La mayoría de los anuncios nos hablan de ideales muy teñidos de egocentrismo: nos animan a triunfar, a seducir, a llevar una vida cómoda; cifran la felicidad en ser admirados o deseados; en tener o en disfrutar. Éste que hoy os ofrezco no habla nada de todo eso. Habla de generosidad, de entrega, de dar lo mejor que tenemos -de darse, más que de dar-, y de sentirnos bien queriendo a los demás. Sobre todo, habla de la inocencia de los niños, de esa aspiración que todos debiéramos sentir por volver un poco a nuestra infancia. Y, allí, aprender a ser mejores.

Este anuncio fue realizado en Barcelona por la agencia Bassat & Ogilvy para la Asociación AFANOC (Asociación de Familiares y Amigos de Niños Oncológicos de Cataluña), y recibió un merecido galardón en el Festival Internacional de Cannes en el año 2003.

A mí me alegró que lo premiaran. Porque es bueno que la publicidad diga también esto: “Hay más alegría en dar que en recibir. Y este mensaje no lo oímos demasiadas veces en la publicidad.

lunes, 12 de mayo de 2014

Recordando el Día de la Madre: "Los tres deseos"

Para este Día de la Madre, he escogido un spot que fue ganador de un Lápiz de Oro, los premios a la mejor Creatividad Publicitaria en Argentina. Fue desarrollado por la Agencia FCB Argentina para la operadora Telecom Personal, y en él se plasma su línea de comunicación: “Queremos ayudarte a cumplir tus deseos”.

El anuncio empieza con un vídeo casero, grabado hace años en el cumpleaños de la madre. Todo hace sospechar que ella estaba recién casada.

Sus hijos están viendo ahora en el salón esas imágenes, y disfrutan percibiendo el paso del tiempo: “¡Aquél es papá!”. “¡Mira qué peinado llevaba mamá!”. Todo rezuma calor de hogar: alegría, espontaneidad, familia. De repente sale una gran tarta con las velas encendidas, y el padre agita sus manos ante el grupo de amigos: “¡Un momento, un momento! ¡Pará, pará!”. Luego se dirige a ella: “Cariño, pide tres deseos”.

Entonces se produce el momento mágico. La joven madre dirige sus ojos a la cámara. Parece traspasar el tiempo y el espacio, como si viera más allá: más lejos y más hondo. En el salón, los tres hijos se sienten misteriosamente mirados por ella, contemplados de una manera especial: uno a uno, con un cariño infinito. Se miran entre sí. Ahora comprenden todo... Y vuelven la vista a la pantalla, con una sonrisa de felicidad y de agradecimiento.

Casi no hay palabras. Todo lo que “dice” este spot está expresado en las miradas. ¡Cuánto cariño y entrega… y sacrificio y ternura… y amor y esperanza! Todo eso junto, encerrado en una mirada. Al ver este anuncio, dan ganas de gritar por dentro: “¡Gracias, mamá, muchas gracias!”.

lunes, 5 de mayo de 2014

"Regala memoria": Una campaña ingeniosa que despierta el amor

La idea de esta campaña fue un golpe de suerte. Uno de los responsables de AFAL (Asociación para las Familias con Alzheimer) fue a Córdoba a un Congreso y, al terminar una de las sesiones, salió a conocer la ciudad. Le acompañó una guía turística, Elena, que disfrutaba recordando todos los datos relevantes de la historia de la ciudad. En aquel paseo, Elena le transmitió algo más que los datos artísticos : le hizo vivir el espíritu que permanece en las piedras, el poso de historia, identidad y sentimientos que el tiempo ha dejado allí, y que sigue vivo porque cada día alguien lo recuerda a los demás...

En esa visita turística, el directivo de AFAL cayó en la cuenta de un hecho terrible: somos, en gran parte, lo que conservamos en la memoria: ahí están nuestras raíces, nuestros amores, nuestra historia; sin memoria, no somos nada. Si olvidamos lo que otros hicieron, y si -sobre todo- olvidamos lo que hicimos y amamos, quedamos profundamente reducidos; conservamos, tan sólo, las emociones más elementales de nuestro cerebro primigenio.

El olvido de todo es lo que va transformando al enfermo de alzhéimer en un ser en permanente despedida. Esta cruel enfermedad despoja a quien la padece de su historia enfocada desde sí mismo y, como consecuencia, lo obliga a la exclusiva interpretación ajena. ¡Qué importante es, en esas situaciones, que sepamos dar amor... incluso aunque el enfermo no lo note!

Esta campaña es lo que se llama una acción de "street marketing": una acción que denominaron "giving memory" (regala memoria) para sensibilizar en plena calle sobre una causa que merece nuestra atención. Después se convirtió en campaña gracias a las imágenes que se grabaron en directo.

Una acción bonita, que nos hace reflexionar y nos invita a amar. Es lo más grande y noble que puede conseguir en nosotros una campaña publicitaria...

domingo, 27 de abril de 2014

La entrevista para el trabajo más difícil del mundo

Quizás hayas pensado alguna vez que tu trabajo es cansado, difícil y sin tiempo para hacer lo que a ti te gustaría. Si es así, te animo a que veas este spot, que en pocos días ha batido récords en Internet: lleva millones de visitas y, sobre todo, millones de respuestas emocionadas.

Es una entrevista de trabajo para un puesto que se anuncia como “el más difícil del mundo”. Lo que poco a poco descubrimos es que también es “el más duro y sacrificado del mundo”. Todos los días del año, más de 135 horas a la semana, sin descansos, sin tiempo a veces para sentarse a comer

El vídeo anuncia, desde el principio, que se trata de una simulación. Se creó un puesto de trabajo ficticio, denominado “Director de Operaciones”, y se anunció en los periódicos y en Internet. Miles de aspirantes quisieron optar a él. Las entrevistas son reales: se realizaron con web cam, y fueron grabadas por la empresa anunciante. Al final, cuando desvelaron el puesto de trabajo, pidieron permiso a los solicitantes para utilizar sus imágenes.

Gracias a eso, podemos ver las reacciones de los candidatos. Uno a uno, van mudando la expresión según van conociendo las cláusulas de ese puesto ficticio: estar de pie casi todo el día, realizar esfuerzos constantemente, tener conocimientos de medicina, finanzas y artes culinarias... Los requisitos suenan tan excesivamente exigentes, que uno de ellos pregunta incluso si eso es legal. Todos coinciden en que no puede existir un trabajo así, y lo califican de "inhumano" y "demencial" cuando el entrevistador les dice las dos últimas condiciones: no cobrarán nada por ello, y no deben esperar ningún agradecimiento.

Los aspirantes al puesto preguntan atónitos quién iba a realizar un trabajo así, a lo que el entrevistador contesta que millones de personas lo están haciendo cada día... Las madres.

El emotivo vídeo, que ya es viral en Internet, nos recuerda que está cerca el Día de la Madre y nos anima a mostrarles nuestro agradecimiento, quizás con una carta: porque siempre han estado ahí cuando les necesitábamos...

Una iniciativa publicitaria que merece nuestro más rendido aplauso.

lunes, 21 de abril de 2014

Héroes anónimos: justo lo que necesitamos

Es una de esas campañas que tocan el corazón, que alientan los ideales y despiertan los valores dormidos. Y que, por eso mismo, se transmiten de unos a otros y llegan a millones de personas. Este spot fue publicado hace sólo dos semanas y lo han visto más de 10 millones de personas en la web oficial (más casi otras tantas en las muchas páginas que lo han republicado).

La empresa anunciante, la compañía tailandesa Thai Life Insurance, nos tiene acostumbrados a este tipo de campañas. En este blog hemos comentado algunas de sus emotivas historias: la de una madre que adelanta el parto para que su marido –enfermo terminal de cáncer- pueda conocer a su hija; la del padre exigente, que no entiende el carácter de su hijo artista… hasta que es demasiado tarde; la de una hija caprichosa, avergonzada de su padre –mudo y torpe-, que se ha vuelto “ciega” para ver el cariño que ha derrochado en su vida

«¿Se obtiene algo haciendo cosas buenas por quienes te rodean?» Esta es la pregunta que aletea en las imágenes de este nuevo vídeo, «Unsung Hero» («héroe anónimo»), y que transmite una visión muy positiva de la solidaridad a pequeña escala: sí, es posible convertir el mundo en un lugar mejor si cada uno se propone pequeñas acciones diarias en favor de los demás.

El anuncio comienza cuando un joven tailandés sale de casa y, como todos los días, se preocupa de regar una planta, ayuda a una anciana a mover un gran carro, alimenta a un perro vagabundo, deja anónimamente algo de comida a una vecina apurada; y, sobre todo, da dinero a una niña pobre que pide en la calle para poder estudiar. Todo esto lo hace bajo el asombro de quienes le rodean, que mueven la cabeza de un lado a otro, en señal de desaprobación: no comprenden que alguien pueda ser bueno sin esperar nada a cambio.

«¿Qué saca a cambio de todo esto?», se pregunta el anuncio. Y la respuesta llega poco después, cuando una mañana el joven encuentra a la pequeña pordiosera en medio de la calle… con uniforme escolar, una cartera nueva y varios libros. La cara del “héroe anónimo” es un prodigio de expresividad. Toda la alegría del mundo está ahí representada. Y la voz en off prosigue: «No obtiene nada, no se hace más rico, no sale en televisión. Lo que recibe son afectos, emociones. Experimenta la felicidad de dar. Recibe… lo que no se puede comprar con dinero».

El anuncio se cierra con una frase particularmente íntima. Es una pregunta que se dirige hacia cada uno de nosotros: «Y en tu vida, ¿qué es lo que más deseas?».

Felices Pascuas. Y que este precioso anuncio nos inspire para ser mejores.

domingo, 6 de abril de 2014

"Regalo": emotivo corto sobre la relación padres-hijos, ganador en el Festival de Singapur

Hace unos meses, un desconocido realizador oriental, Daniel Yum, sorprendió al mundillo cinematográfico con su pequeño filme “Gift” (Regalo), que ganó el primer Premio en el Festival de Cortometrajes de Singapur.

Es una historia conmovedora, que nos habla de muchas cosas: de nuestro juicio equivocado sobre los demás, del amor escondido de un padre hacia su hijo (que éste es incapaz de ver), del afecto desinteresado hacia los demás (el mejor “regalo” para los otros y para sí mismo); de la solidaridad, de la ternura, de la bondad; del mundo de los niños que están enfermos y del cariño que, por encima de cualquier medicina, necesitan. Pero, sobre todo, de lo que podemos inspirar a otros, de lo que es verdaderamente el legado de nuestra vida.

Cuando hayamos concluido nuestra existencia, podríamos preguntarnos: ¿Quién fui yo, en realidad? ¿Qué logros conseguí en mi vida? Fui –podremos decirnos con total sinceridad– aquello que sembré en los demás: fui alegría, esperanza, ilusión, amor; o fui resentimiento, amargura, desesperanza y envidia. Ese será nuestra herencia, y también el recuerdo que dejaremos.

La historia de este filme comienza con un chico que regresa, no se sabe a dónde ni por qué. Y empieza a recordar lo dura que fue la vida con su padre. Su memoria rezuma tristeza y amargura, mientras la voz en off se ahoga en la resentimiento: “No me gustaba mi padre. Nunca le amé. Odiaba aquella vida pobre y deslucida”. En algún momento es capaz de reconocer algo bueno: “Mi padre trabajaba más que los padres de mis amigos”, pero sólo es para llegar a una triste conclusión: “Pero nunca lo consideré inteligente”. Y, lo que es aún más terrible: “Nunca lo vi como una inspiración para mí.

Cuando, pasados los años, consiga el triunfo y regrese a su casa, descubrirá “quién fue” su padre, y cuál fue su legado en esta vida: para los demás; y, en primer término, para él. Comprendió que la vida de su padre había sido un gran don. Un regalo. El mayor regalo.

Os animo a que lo veáis hasta el final. Y, si los subtítulos en castellano os molestan, podéis ver aquí la cinta original en inglés. Que todos descubramos ese regalo. Y que tengáis una feliz semana previa a la Semana Santa.

domingo, 30 de marzo de 2014

"Brindo por la vida": Una vida entregada por amor

Hace año y medio Freixentet convocó un concurso de anuncios publicitarios bajo el lema “Brindo por la vida”. Se presentaron varios centenares, y un equipo de cineastas, bajo la tutela de Bigas Luna, seleccionó 15 que fueron premiados y emitidos por televisión. Éste que hoy os propongo, dirigido por Isaac Berrokal e interpretado por Carina Bjorne y Graham Long, fue uno de esos quince, y uno de los más aplaudidos por el público. Con todo merecimiento. Yo también le hubiera dado el premio.

Es un anuncio sencillo y muy tierno. Empieza con la imagen de una mujer ya mayor que está cuidando de alguien: presumiblemente, su marido. De fondo, oímos una nostálgica voz en off: “No he conseguido grandes cosas en la vida. Nunca tuve un coche ni una gran casa con jardín”. En este monólogo íntimo y sincero, que tiene algo de confesión personal y de balance de toda la existencia, descubrimos su pacífica aceptación de los acontecimientos, no siempre alegres ni positivos: “He disfrutado la vida con lo que la vida me ha dado. He afrontado lo que nunca quise que ocurriera; y, a pesar de ello, he salido adelante… No he sido un ejemplo, ni una decepción. Tan sólo he sido yo misma en cada momento”.

Entonces, empezamos a intuir una tragedia más o menos latente: “La vida te enseña a valorar lo que tienes, porque desgraciadamente no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos”. Y, de repente, descubrimos un alma grande que ha tenido una vida muy grande también, porque cultivó siempre la gran lección del amor: “Muchos me dicen que soy valiente. Se compadecen de mí por seguir amando a quien me lo dio todo en la vida; y quien, por desgracia, ahora no recuerda ni siquiera mi rostro. Pero lo importante no es si me recuerda o no. Lo importante es que yo sí le recuerdo a él…”

Un magnífico anuncio que te invitó a ver hasta el final, con toda la emoción que contiene. Porque en él se encuentra una de las lecciones más importantes de la vida: la del amor que se da sin esperar nada a cambio. Y que, por eso mismo, alcanza en todo la felicidad.

Yo hoy brindo por la vida y por que haya siempre anuncios como éste.

domingo, 23 de marzo de 2014

Que los niños no sufran durante la crisis

Hasta la fecha, ninguna marca se había atrevido a hablar de la crisis. ¿Para qué mencionar algo tan negativo en un mundo –el de la publicidad– que debe rezumar alegría por los cuatro costados?

Central Lechera Asturiana se ha atrevido a hacerlo. Y de una manera ciertamente original: en este spot apela a la necesidad de que los niños crezcan felices a pesar del complicado momento que vivimos. Nosotros sabemos lo que está pasando, pero ellos tienen derecho a vivir alegres, sin que nada les hiera. Nosotros deberemos sufrir y apretar los dientes, pero ellos deben poder crecer sin que la sombra de la crisis enturbie su inocencia.

Cuando David haya crecido, alguien le explicará el significado de la palabra recesión”. Así comienza esta campaña que la agencia Bassat Ogilvy ha diseñado para la marca láctea. Con una línea argumental positiva, este nuevo anuncio respalda el consumo de productos de primeras marcas ante la creciente competencia de las marcas blancas.

Hasta que Lucía sea mayor no entenderá por qué en su casa se apretaban tanto los cinturones. Y en unos años, Gabi se enterará de por qué heredaba lo de su hermano mayor”. Tras estas referencias (que muchos hemos conocido años antes de la famosa crisis), la voz adquiere un tono más humorístico: “Álvaro tendrá que crecer para dejarse de preguntar quién era ‘la que estaba cayendo’. Y Patricia sonreirá cuando descubra que ‘riesgo’ no tenía ninguna prima.

Hay un detalle importante en esa narración. La voz que oímos es una voz tierna y femenina: una clara alusión a la figura de la madre, que nunca permite que sus hijos sufran. Y, en efecto, el spot muestra a niños alegres, divertidos y llenos de ilusión; niños jugando con otros niños, ajenos a los dramas de los mayores. Esos mismos que –dentro de unos años– recordarán la situación actual como algo pasado que no les hirió en sus almas ni en sus vidas.

La idea creativa de la campaña surgió cuando el equipo de Bassat Ogilvy fue a entrevistar a varias familias para comprobar qué sucedía en el desayuno y cómo la situación actual afectaba a la vida del hogar. “En aquellos desayunos –explica José Luis Salazar, director de Servicios al cliente– percibimos que, aunque la crisis tocara de lleno al hogar, las familias luchaban por abstraer a los más pequeños de esta dura realidad, trataban de mantener unidos a sus hijos y conservaban los detalles que les permitían sobrellevar la situación económica”. El eslogan de la campaña, “Los tiempos cambian, pero las cosas importantes siempre estarán ahí”, resume perfectamente los esfuerzos de tantas familias para lograr que sus hijos no pierdan la sonrisa.

Una campaña esperanzadora y muy emotiva, que merece hoy nuestro aplauso.

lunes, 17 de marzo de 2014

Spot para el Día del padre: "Hijo, puedes contar conmigo"

Pasado mañana es San José. Para esa fecha del año pasado, José Luis Esteve me envió esta campaña porque –me decía él– “hay muchos anuncios que nos recuerdan el día de la madre, pero ¿quién nos habla de la figura del padre?”. Y tiene razón. Por eso he querido recordarla en estos días.

Puedes contar conmigo” es un emotivo spot de McDonald’s que nos lleva de la mano por un recorrido agridulce que conocemos bien: las idas y venidas de los hijos en relación a sus padres: hay momentos de ternura y acercamiento, pero llegan también los estallidos de crispación, de rebeldía, de desencuentro.

La historia empieza con un hombre que sueña con ser padre, y que casi muere de infarto el día en que nace su criatura. Al principio todos son alegrías: sus primeros pasos en la playa, sus primeras lecciones sobre la vida, sus primeras risas compartidas… Después sobreviene un progresivo distanciamiento: los enfados, las ausencias en casa, los conflictos por las notas… De repente, los padres asisten a su primer enamoramiento. Y, desde la distancia –solo aparente–, le ven tambalearse y le apoyan moralmente cuando “ella” se va.

Las tornas cambian de nuevo. El chico comprende que ellos han estado siempre a su lado, y que siempre estarán allí. Lo descubre, sobre todo, cuando llega el momento de abandonar el nido y formar un nuevo hogar. Y, más aún, cuando él esté en el mismo lugar que ocupó su padre y empiece a temblar en el hospital porque… va a convertirse en padre.

Entonces caemos en la cuenta de que el lema de la campaña sólo se comprende cuando se enuncia por completo: “Puedes contar conmigo, como yo contigo”. Y que la letra de esa preciosa balada de Bruno Mars, “Count on Me”, esconde en verdad una significación mucho más profunda: “Si alguna vez te encuentras perdido en el mar, navegaré por el mundo para encontrarte

Es más que un spot. Es un homenaje a la figura del padre –tan olvidado– y, sobre todo, un rendido agradecimiento a todo lo que nos ha regalado, sin apenas darle importancia. Hoy, más que nunca, me acuerdo especialmente de mi padre, y quisiera decirle: “Gracias por todo, papá. Puedes contar conmigo”.

lunes, 10 de marzo de 2014

"Regreso a casa": Homenaje a los que se fueron y a sus familias


El año pasado, en el descanso de la Superbowl, un anuncio de Jeep conmovió profundamente a medio Estados Unidos y fue elegido como uno de los mejores del año.

En esta historia, la narración va "in crescendo". Lo primero que vemos es una pantalla oscura y unas palabras fuertes, como gritos silenciosos: “We Wait. We Hope. We Pray” (“Nosotros esperamos, anhelamos, rezamos… hasta que vuelvas a casa”). Pronto descubrimos que es un homenaje a las tropas que vuelven tras una misión humanitaria, una carta abierta a los hombres y mujeres que han cumplido una tarea costosa en cualquier parte del globo.

La banda sonora llena por completo la escena, y comienza la narración de Oprah Winfrey, la conocida presentadora de TV: “Habrá una silla vacía, una luz encendida, tu cena preferida esperándote…”. Porque, mientras estabas allí, alguien mantenía viva la llama del recuerdo: “En tu hogar, en tu entorno, en nuestros corazones, te hemos echado de menos…”.

Sin embargo, el anuncio no nos muestra a los soldados, trabajando esforzadamente en algún lugar inhóspito. En su lugar, vemos a sus hermanos –abatidos– recordándoles en la escuela; a sus madres –doloridas– extrañando su presencia; a sus maridos o a sus esposas –afligidos por el recuerdo– sacando adelante la familia.

El anuncio nos habla de muchas cosas: del deber cumplido en circunstancias difíciles, del trabajo realizado en servicio a los demás, de la recompensa interior tras superar una dura prueba y de la felicidad desbordante cuando se vuelve a casa. Pero, más aún, nos habla de las personas que nos quieren cuando pasamos por momentos de incertidumbre.

Con demasiada frecuencia, al pensar en las guerras y en las misiones de paz pensamos que son algo que les afecta a “ellos”, a los soldados (o a los voluntarios, a los miembros de una ONG o de una labor misional o religiosa). Y, con independencia de lo que pensemos sobre la vida militar, nos olvidamos de lo que experimentan quienes les vieron partir: un dolor lacerante por la ausencia, un temor irreprimible por lo que pueda suceder. Y ese recuerdo constante, angustioso, que se clava en el alma y que lleva a sufrir, a llorar, a rezar…

Por eso, este anuncio puede ser visto como un homenaje a las tropas que regresan a casa, y es verdad que lo es. Pero, para mí, es sobre todo un homenaje a quienes supieron llevar esa angustiosa separación y se esforzaron por seguir adelante. El heroísmo de lo cotidiano, que tantas veces resulta más arduo y difícil que el otro.

domingo, 2 de marzo de 2014

Spot precioso: Amor de un padre por su hija

El mundo está lleno de pequeñas historias que pueden conmovernos y hacernos pensar. Historias sencillas, cotidianas, pero cargadas de valores; que transmiten entusiasmo y optimismo, que tocan nuestro corazoncito y nos ayudan a ser mejores.

Ésta es una de ellas. Es la campaña que la agencia Fahrenheit DDB y la productora Rebeca, ambas del Perú, han creado y lanzado hace unos días para Promart Homecenter, una empresa que ofrece servicio y productos para la mejora del hogar. De ahí el lema de su campaña: “Tu familia es perfecta, que tu hogar lo sea también”.

La historia gira en torno a la relación de un padre y su hija. Una hija que –no sabemos bien por qué– aparece triste y abatida. Por eso, cuando el padre se le acerca afectuoso, ella le rechaza sin decir una palabra. Pronto sabremos que esconde un secreto. Y ese secreto será la clave para un maravilloso final. Pero, mientras ese final llega, el padre se plantea qué puede estar ocurriendo; y, como conoce a su hija, es capaz de hallar una solución y cambiar su tristeza en alegría.

Esta pequeña historia, titulada “La hija perfecta”, nos enseña que sólo el amor nos permite desentrañar qué hay detrás de los sentimientos de las personas; sobre todo, de las que conviven con nosotros. Sólo el amor encuentra siempre el remedio más oportuno. Quizás por eso, este anuncio debería ser titulado "El padre perfecto".

Que tengáis una feliz semana. Y que todos encontremos, cada uno a su modo, la manera de llevar paz y alegría a nuestros hogares. Así, a pesar de todos los errores, nuestra familia será siempre “La familia perfecta”.

(PD: Lo que ella dice al final es: "Te quiero mucho, papá").

lunes, 24 de febrero de 2014

Gran campaña de Hero Baby: La locura de ser padres

La locura de ser padres” es un homenaje de la empresa Hero Baby a los valientes que se lanzan a la maravillosa aventura de tener un hijo; a todos aquellos que, a pesar de los tiempos que vivimos, deciden disfrutar de esa deliciosa “locura” de ser padres.

Consciente del fuerte descenso de la natalidad que sufrimos en España, Hero Baby ha puesto en marcha una campaña para hacernos descubrir tantas cosas buenas que esconde la paternidad. “–parece decirnos-, es cierto que renuncias a muchas cosas, pero ser padre te hace tan feliz que no sientes eso como una pérdida, sino como una inmensa ganancia”. Es el suyo un mensaje positivo y lleno de aliento: un apuesta por la paternidad que viene a unirse a otras que hemos vivido recientemente, como la campaña de Coca-Cola: ¡Es maravilloso ser padres!.

La campaña de Hero Baby, cuyo pistoletazo de salida es este spot, busca conectar con todos aquellos matrimonios que están pensando ser padres o que se han decidido ya serlo. Quieren decirles que, a pesar del momento complicado en que vivimos, tener un niño es lo mejor que les puede pasar en la vida.

Junto a este emotivo vídeo, están en proyecto otras acciones que seguirán el storytelling de tener un hijo. Ya antes, desde la página http://www.lalocuradeserpadres.com/, la empresa había ido lanzando mensajes en clave de humor que ahora, con el estreno del vídeo, encuentran su significado. Son esas frases “recriminatorias” que la gente dice cuando alguien anuncia que va a tener un bebé. El carnicero: “Con la que está cayendo, ¿tú lo has pensao bien?”. Las amigas: “Di adiós al cafecito y a las tardes de compras”. Los colegas: “Olvídate de los partiditos de los domingos, chaval”. Además, la compañía ha lanzado en esa misma página una promoción -basada en minijuegos- con el título “Loca academia de papás”, con la que se pueden conseguir lotes de alimentación infantil hasta el 7 de marzo de 2014.
Posteriormente, y como fase final de la campaña, se lanzarán diferentes acciones como homenaje a las madres y recompensa a los matrimonios que han decidido vivir “la locura de ser padres”.

El spot está lleno de emoción y de ternura. Por eso no me resisto a copiar aquí los comentarios que dos madres han dejado en su web: “Me quedan dos meses para verle la carita a mi niño, y se me acaban algunas cosas, pero ¡sé que llegan otras nuevas y mejores!”. “Es cierto que al principio ponen tu vida patas arriba y que ya nada vuelve a ser como era, pero lo bueno es que no echas de menos como era antes, porque ahora es mejor de lo que jamás habías imaginado. No hay nada más bonito que ser madre”.

domingo, 16 de febrero de 2014

Spot magistral: La vida de una mujer en 90 segundos

"She's Always a Woman" es una canción de Billy Joel de 1977 que habla de una mujer a la que él ama. Reconoce que no es perfecta, pero la ama cómo es: con sus defectos. Esa música es la que oímos en el anuncio y la que –desde el fondo de las imágenes– guía toda esta historia maravillosa.

Porque es un relato precioso: asistimos a toda la vida de una mujer, desde que nace hasta la ancianidad. Ochenta años condensados en 90 segundos. Una mujer marcada siempre por el afecto: hacia sus amigas, hacia su marido, hacia su familia. No todo es perfecto en su vida, pero todo está endulzado por el amor.

La genialidad del anuncio es cómo nos lo cuenta. Vemos a una bebé en su cuna. Su madre la levanta y, cuando la deja en el suelo, se ha convertido en una niña de dos años. La niña atraviesa a gatas un tubo en su habitación y, cuando sale, está en la escuela y tiene 5 años. Se sienta en su pupitre y mira con temor a la maestra, que le regaña mientras el sol brilla sobre su cabeza. Cuando cesa el fulgor, la niña está en la fiesta de su octavo cumpleaños, y entonces sopla las velas de su tarta... ¡de 18 años! Besa a su novio y pasa a otra habitación… ¡de la que sale con vestido de novia!

Pero, ¿qué es esto? ¿Está ya casada? No, ¡está embarazada! Espera, ¡¡¡que es abuela!!! Y así, en pequeños flashes, vemos los dolores y las alegrías que han tejido su vida: las amigas de la infancia, el matrimonio y los hijos, el trabajo y la jubilación...

Esa cascada de “instantes mágicos” se corresponde perfectamente con la música. La voz de Fyfe Dangerfield, de los Guillemots, versiona la clásica canción de Billy Joel. Así, mientras oímos: "She hides like a child, but she's always a woman to me," ("Ella se esconde como un niña, pero es siempre una mujer para mí"), vemos a la chica de 8 años que se convierte repentinamente en mujer. Cuando suena: "Ella es con frecuencia amable, e inesperadamente cruel", la vemos abrazando a sus hijos al volver del trabajo, y poco después, gritándoles para que se callen, porque está trabajando en el portátil. Sí, ella no es perfecta, pero es una madre que lo ha dado todo en su vida. Y eso le ha hecho feliz.

Me gusta este anuncio. Me ha conmovido y me hace pensar en la vida de tantas madres generosas que he conocido. En primer lugar, en mi madre. Alguien pensará que esas vidas no fueron siempre perfectas... Desde luego, la de mi madre sí lo fue. Y aunque a veces haya tenido que sufrir –muchas veces–, el amor que sentía por mi padre y por nosotros la hizo siempre feliz… Todas las madres se han ganado nuestro reconocimiento y nuestro afecto. Y esto es algo que nunca les podremos pagar...

domingo, 9 de febrero de 2014

Las 25 mejores películas románticas

A nadie se le escapa que dentro de cinco días, el 14 de febrero, es San Valentín. En todos los medios de comunicación hay artículos y propuestas para esta fecha. En ese fantástico blog que es "La mirada de Ulises" se publicó hace tiempo un artículo muy apropiado para este día: “El amor también es interesante en las historias”.

Ciertamente, no hay que esperar al Patrón de los enamorados para tener un detalle con la mujer o el marido, con la novia o el novio. El amor es algo que hay que regar todos los días, como la rosa de El Principito. Nosotros necesitamos ser también ese pequeño Príncipe que riega con ternura, cada día, esa flor delicada; una flor que necesita cuidados pequeños pero constantes, todos los días: una sonrisa, un beso, un abrazo, un piropo... Un pequeño detalle de servicio que manifiesta a quién llevamos en la cabeza y en el corazón.

Y evitar la rutina, y decir “te quiero” con la ilusión de la primera vez. Volver a ser novios, aunque se cuenten por decenios los años de matrimonio.

Todo eso es cierto. Pero también lo es que las fechas tienen su significado. Por eso he querido sumarme a esta celebración con una lista de 25 películas románticas que han superado la barrera del tiempo. Esta semana es una ocasión espléndida para sorprender a nuestra pareja con un filme que vimos hace años o que vemos ahora por primera vez. El cine siempre ha sido “una fábrica de sueños”; y en ocasiones, una forma de demostrar el cariño.

Que paséis un gran día de San Valentín
: es viernes, ocasión propicia para festejarlo viendo una gran película. Y, si es posible, decidme cuál de ellas es vuestra preferida. Me encantará saberlo:

1. Casablanca (1942), de Michael Curtiz
2. Vacaciones en Roma (1953), de William Wyler
3. Lo que el viento se llevó (1939), de Victor Fleming
4. Tú y yo (1957), de Leo McCarey
5. Ninotchka (1939), de Ernst Lubitch

6. Sonrisas y lágrimas (1965), de Robert Wise
7. Matrimonio de conveniencia (1990), de Peter Weir
8. Cumbres borrascosas (1939), de William Wyler
9. Luces de la ciudad (1931), de Charles Chaplin
10. Cyrano de Bergerac (1990), de Jean-Paul Rappeneau

11. El hombre tranquilo (1952), de John Ford
12. Bodas y prejuicios (2005), de Gurinder Chadha
13. Mejor... imposible (1997), de James L. Brooks
14. Breve encuentro (1945), de David Lean
15. Sabrina (1954), de Billy Wilder

16. West Side Story (1961), de Robert Wise
17. Algo para recordar (1993), de Nora Ephron
18. Mientras dormías (1995), de Jon Turteltaub
19. Ghost (1990), de Jerry Zucker
20. La princesa prometida (1987), de Rob Reiner

21. La Bella y la Bestia (1991), de Gary Trouslade y Kirk Wise
22. Lo que queda del día (1993), de James Ivory
23. Sentido y sensibilidad (1995), de Ang Lee
24. El camino a casa (1999), de Zhang Yimou
25. La vida secreta de las palabras (2005), de Isabel Coixet

domingo, 2 de febrero de 2014

Spot inspirador: "Hijo, quiero estar siempre a tu lado"

Este spot, lanzado por Central Lechera Asturiana, es un canto a la vida. Y es, al mismo tiempo, un canto a las madres que han escogido serlo y han sabido darse a sus hijos. Un doble canto que hoy se escucha pocas veces, pocos lo cantan. Y todos deberíamos entonarlo: porque estamos olvidando las cosas más valiosas de nuestra vida.

El anuncio empieza con una carta que una madre escribe a su hijo recién nacido. Según escribe, el tiempo pasa deprisa, deprisa. “Hola, pequeño. Ahora que tienes toda la vida por delante, me gustaría que hiciéramos un trato”. En tono íntimo y afectuoso, la madre exclama su mayor deseo: “Quiero estar a tu lado siempre. Quiero estar muy cerca de ti cada vez que el príncipe rescate a la princesa (el bebé se ha convertido en niño) o cuando vuelvas a tirar porque te toca (ahora vemos a una niña que juega al parchís). Prometo no molestar (la niña ha crecido). Quiero acompañarte si te roban el corazón (es ya una adolescente) o si te lo dejan hecho trizas (la chica, ya joven, parece haber roto su primera relación)”.

Sí, toda madre quiere estar cerca de sus hijos. En la niñez y en la adolescencia, en la etapa de las rebeldías y en el estallido del primer amor. Y en la juventud, y en la madurez. Siempre. Alguien dijo una vez que la profesión de madre es la única que conoce la jubilación. Yo añadiría que es la única que no conoce de los fines de semana ni de las vacaciones. A veces, ni de las noches para poder dormir.

El mensaje de este anuncio tiene hoy especial relevancia. Por eso he querido seleccionarlo para este blog. Uno y otro decimos muy a a las claras cuáles son nuestros valores, y batallamos por una publicidad que refleje lo mejor de la vida. Ya hay bastantes amarguras en el entorno.

La buena publicidad nos enriquece. Este spot es un ejemplo paradigmático. A mí me ha inspirado y me ha ayudado a ser más agradecido hacia mi madre. Espero que a vosotros os suceda lo mismo.