martes, 20 de mayo de 2014

Ojalá supiéramos amar como aman los niños...

Seguimos con el propósito de colgar todas las semanas un vídeo positivo: un spot que cumpla estas tres condiciones: 1) Que haga pensar; 2) Que aporte optimismo; 3) Que muestre que lo comercial es compatible con la ética. En definitiva, un anuncio que pueda inspirar y ayudar a ser mejores. Hace dos semanas, coincidiendo con el día de la Madre, puse el anuncio de "Los tres deseos"; y hace tres, el de "La entrevista para el trabajo más difícil del mundo". En el de hoy, una niña de 6 años nos roba por entero el corazón y nos enseña a amar...

La mayoría de los anuncios nos hablan de ideales muy teñidos de egocentrismo: nos animan a triunfar, a seducir, a llevar una vida cómoda; cifran la felicidad en ser admirados o deseados; en tener o en disfrutar. Éste que hoy os ofrezco no habla nada de todo eso. Habla de generosidad, de entrega, de dar lo mejor que tenemos -de darse, más que de dar-, y de sentirnos bien queriendo a los demás. Sobre todo, habla de la inocencia de los niños, de esa aspiración que todos debiéramos sentir por volver un poco a nuestra infancia. Y, allí, aprender a ser mejores.

Este anuncio fue realizado en Barcelona por la agencia Bassat & Ogilvy para la Asociación AFANOC (Asociación de Familiares y Amigos de Niños Oncológicos de Cataluña), y recibió un merecido galardón en el Festival Internacional de Cannes en el año 2003.

A mí me alegró que lo premiaran. Porque es bueno que la publicidad diga también esto: “Hay más alegría en dar que en recibir. Y este mensaje no lo oímos demasiadas veces en la publicidad.

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